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SILLON MASAJEADOR

El sillón masajeador es en realidad un sillón como los de toda la vida, pero que esconde un secreto en su interior: una serie de sensores bajo su tapizado recogen información sobre nuestro cuerpo (peso, postura, longitud de piernas y brazos…) y un complejo sistema de motores activa los mecanismos que vibran, rotan o golpean suavemente la superficie sobre la que nos apoyamos, generando esa agradable sensación de masaje.

  • Combaten la hinchazón de las piernas, propia de las personas que pasan muchas horas de pie o que tienen problemas de circulación sanguínea.
  • Alivian los síntomas de enfermedades como el dolor crónico o la fibromialgia si aplicamos el masaje a las zonas del cuerpo afectadas.
  • Tienen un efecto quiropráctico. Muchas personas pasan la mayor parte del día sentadas y haciendo movimientos de poca intensidad pero muy repetitivos, lo que produce molestias musculares y en las articulaciones, así como rigidez. Un sillón masajeador alivia esos efectos negativos de la vida sedentaria.
  • Minimizan el dolor de pies gracias al masaje suave de compresión que pueden practicar. Después de diez horas de pie o andando de un sitio a otro con los zapatos puestos (más si son de tacón) se agradecerá.
  • Combaten la enfermedad degenerativa de disco y la rigidez en la región lumbar de la espalda. Al relajar y destensar los músculos de esa zona, se alivia la tensión y el roce entre las vértebras. Aunque no es la mano de un fisioterapeuta, puede ser de gran ayuda.

Si, pero hay que tener en cuenta que, su fin es puramente relajante.

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